lunes, marzo 20, 2006

Teología de la liberación en la cocina del infierno

Mi amigo Rubén me mantiene en contacto con el mundo semi-clandestino de los intelectuales y me ha hecho llegar una gran oferta. Por un módico precio puedo obtener culumnas de intelectuales diversos para poner en mi blog. Este es el resultado de una innovadora iniciativa comercial llamada "Intelectuales Sindicados S.L." me he suscrito al servicio a modo de prueba y eso me permite ahorrarme el post de hoy, que corre de la cuenta de Pedro Ajillero, escritor, pensador, etc.


Küng expulsado


por PedroAjillero

No veo la televisión. Detesto esa exhibición de idiocia y mediocridad redomada. No la veo nunca y apenas escribo sobre ella. Casualmente, esta mañana deje el televisor encendido mientras leía a Sartre en otra habitación y escuché algo que, aún sin sorprenderme del todo, me inquietó profundamente. En no se qué programa de cotilleos que ponen en Antena 3 de 12:30 a 14:00, daban la noticia de que habían expulsado a Küng de la cocina del infierno. Evidentemente la expulsión no era ninguna sorpresa. Hans Küng lleva años siendo una voz discordante dentro de la iglesia católica y está siendo represaliado continuamente desde aquella polémica por los matrimonios mixtos en 1970. Pero admito que me sorprendió, y pocas cosas lo hacen a estas alturas, que un académico como él hubiera llegado a un nivel de necesidad tal como para prestarse a participar en realities... Después del impactante anuncio, a juzgar por lo poco que pude oír desde mi sillón de orejas, hubo una entrevista con el propio Küng en la que los presentadores llegaron al nivel de preguntarle si se duchaba todos los días. Es triste que los presuntos periodistas del programa alcanzaran ese nivel de vileza con un intelectual mundialmente reconocido. Pero el teólogo los puso en su sitio y en un correctísimo castellano con cierto deje sudamericano --Probablemente aprendió el idioma en misiones-- explicó que se ducha cada día ¡Faltaría más!. Otro hecho sorprendente es que se dirigían a él con el extraño título, seguramente despectivo, de Diyei. Muy probablemente no se le pueda llamar padre desde la revocación de su cátedra, pero podrían haberlo llamado Señor ¿no? ¡Que país!

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