domingo, marzo 12, 2006

Una de Superhéroes (I)

Mi amigo Rubén tiene una identidad secreta. A veces le abruman la soledad y la responsabilidad que suponen velar por la paz, la seguridad y el orden establecido. Cuando hay peligro, cuando hay una emergencia nacional en Crispania, allí está el alter ego enmascarado de mi amigo Rubén para salvar al mundo tantas veces como sea necesario.

Hubo un tiempo en que Rubén estuvo en uno de esos grupos sindicados que cooperan para derrotar al mal y reunirse en su base secreta. Se hacían llamar "La policía del Jazz" y eran el terror de "Los Malos". Pero su fascinación por "La Chica Electrodinámica" amenazaba con interponerse entre él y su novia de toda la vida, lo que le obligó a dejar el grupo y convertirse en un lobo solitario.

Ahora Rubén está sentado en un banco del retiro meditando sobre como su doble identidad le está llevando a una dinámica autodestructiva cuando su sentido arácnido la advierte de una amenaza terrible. Corre hasta la cabina más próxima y abre la mochila donde lleva su supertraje: Una americana raída, un libro de Boris Vian, ese ejemplar atrasado de Le Monde Diplomatique que habla sobre la incorporación de Turquía a la UE y los dos elementos clave que protegen su identidad: Un foulard y un flequillo postizo que, además de taparle los ojos, se los protege de la radiación electromagnética en el espectro visible. En un falso techo de la cabina, oculta el jersey de pico que llevaba puesto con su la chapita de las nuevas generaciones, el libro de Milán Kundera y todos los demás elementos del disfraz que le hace pasar por un auténtico gilipollas. Luego emerge de la cabina con sus superpoderes dispuestos, preparado para actuar allá donde lo necesitan. Mi amigo Rubén es un intelectual. No se lo digan a nadie.
Continuara...

Demóstoles

1 comentario:

Anónimo dijo...

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